Cuando las olas se presentan, tu presencia pide energía más que nunca.
Cuando las olas se presentan, míralas de frente.
Cuando las olas se presentan, abraza cada instante.
Hay momentos en tu vida en los que las olas se hacen presentes. Remueven, transforman y cambian tu realidad y perspectiva. Ese momento y experiencia que te aportan son el gran regalo oculto, si sabes verlo.
Porque más allá de lo visible, está lo invisible.
Porque no todo es lo que parece.
Porque si una ola llega a tu vida, es porque puedes surfearla.
En la Conciencia Cósmica no existe la dualidad. Es decir, «lo bueno» y «lo malo» no son posibilidades, sólo son lugares y decisiones de cada alma. Poder evolucionar a una mirada no dual te permite surfear las olas y abrazarlas.
Durante el nacimiento, la madre siente las contracciones como olas en su cuerpo. Si las acompaña, el dolor desaparece y se transforma en sensaciones profundas y apertura hacia la vida. Porque antes de nacer ese bebé que lleva en su vientre, primero ella ha de morir.
Eso mismo te ocurre a ti en cada proceso con oleaje intenso. Si luchas contra esas experiencias que llegan, te duele más y más profundo. Si las acompañas, observas, aceptas e integras, conectas con tu sabiduría interna y avanzas en tu viaje almático.
Son momentos de oleajes profundos para un porcentaje muy elevado de la humanidad. Son momentos de grandes transformaciones y cambios hacia nuevos lugares existenciales. El lugar donde vayas a aterrizar es tu propia elección. Todo lo demás no lo puedes controlar, simplemente porque es algo externo a ti. En cambio si puedes decidir hacia donde ir, donde poner tu foco y atención, de qué forma pensar y sentir y cómo actuar.
Las olas por tanto sólo son oportunidades maravillosas de surfear en tu vida. Si la ola viene grande, entonces debes colocarte de una forma determinada, mirándola y observando hacia dónde va a romper. Y cuando rompe, acompañarla de forma suave y presente.
Cada ola tiene su propia energía y requiere de observación, presencia y precisión para ser surfeada. Y cuando logras mantenerte sobre las olas, sientes que tienes el poder dentro de ti, porque, aunque ella es ajena a ti, has logrado acompañarla de una forma armónica.
Hoy te invito a surfear en tu interior. A observar tus olas profundas y darles la oportunidad de ser acompañadas. A bailar con ellas sin perder tu rumbo. A poner tu energía en el avance y no en el ahogo.
Porque cada ola es un regalo. Cada ola es una oportunidad oculta ante tus ojos.
Ama y Disfruta surfeando!