Mi experiencia con la energía femenina tiene una trayectoria interesante.
Mucho antes de tener a mis hijos Martín y Daniel, yo era una directiva con maletín y tacones, con mucha fuerza y energía masculina de acción.
Los años pasaban entre aviones, uniformes, países y ciudades, a la vez que transitaba la oficina y llevaba parte del peso del departamento de instrucción. Los días eran intensos y mi vida transcurría en una vorágine de cursos que programar, entrevistas que realizar y algún que otro vuelo.
Mi energía era de acción.
Siempre he sido muy femenina. Me gusta estar guapa y arreglarme (eso lo llevo en mi sangre anclado desde la parte de mis dos bellas abuelas), vestirme con lo que me sienta bien y sentirme bella por dentro y por fuera. En estos tiempos ya no me interesa la moda ni lo que se lleve, prefiero ir cómoda y ser yo misma, antes de estar a la moda. Más eso no quiere decir que no sea coqueta.
Mi energía femenina siempre ha estado ahí desde este lugar más superficial pero fue la maternidad la que me conectó realmente con mi esencia femenina más pura.
De alguna forma, la conexión con esa energía a través de la gestación, nacimiento y crianza de mis hijos y de abrir Khardaia, Centro de Salud y Vida, me trajo la percepción de la energía femenina en toda su manifestación.
Y esa manifestación también tiene que ver con los hombres.
¿Qué sucede hoy en día con los hombres? ¿En qué lugar se posiciona su energía femenina?
Habitualmente me encuentro con hombres que tienen una energía femenina muy poderosa y que no saben exactamente cómo utilizarla. La mujer se ha apoderado tanto del masculino, que el hombre no sabe dónde colocarse.
Es entonces cuando surgen hombres que yo llamo de energías opuestas: hombres masculinos que no permiten manifestar su energía femenina, y hombres con una energía femenina tan presente que no dejan espacio para anclarse en su masculino.
Es muy curioso observar este fenómeno social que se ve de forma muy clara en las parejas. En muchas ocasiones, la mujer adopta el rol del hombre de sostener, proteger y accionarse para mantener a la familia y el hombre toma el papel de nutridor y cobijador amoroso.
Este fenómeno social habitual en nuestros días nos lleva a generar nuevos ciclos vitales que nos descoloran a todos de nuestros roles más primarios.
Sin ánimo de anclarme en el pasado, me pregunto si las mujeres nos sentimos cómodas tomando roles de hombres.
Yo he estado muchos años siendo un chico más, protegiéndome de mi propia energía femenina, capándola y enterrándola hasta ahogarme en ella. Mis hijos, como maestros de vida, me dieron la oportunidad de sentir la vulnerabilidad de la maternidad y la energía femenina y con ello, la manifestación de la sencillez, compasión, nutrición y cobijo.
Gracias a la experiencia con ellos y con Khardaia (donde trabajaba con grupos de mujeres), entendí que el femenino es algo más que estar guapa por fuera.
Tomar el femenino es permitirle que guíe tu vida desde la intuición y el corazón. Es Ser desde el Alma para llevar a cabo todas las acciones masculinas necesarias para cumplir tus objetivos vitales.
La energía femenina en el hombre
El hombre que conquista su femenino se pone al servicio de esa intuición y se acciona desde ese lugar. Los hombres conscientes que están en pareja se permiten dejarse guiar por el femenino representado en sus mujeres y desde ese lugar honran la vida.
Yogi Bajan, en su exposición “Hombre a hombre“, explica con claridad el concepto de hombre y su estar frente a la energía femenina y hacia la mujer.
Conectarse como hombre con la energía femenina es un paso que hoy en día se requiere a cualquier hombre que comparta con una mujer abierta y despierta. Es esa energía de guía interna la que abre las perspectivas y múltiples posibilidades de acción para que la energía masculina se materialice.
El hombre que se permite SER desde la guía de su femenino, trae a su vida la ternura, Amor e incondicionalidad necesarias para anclarse en su energía masculina de protección y sostén.
Gracias a estos hombres equilibrados en sus energías, las mujeres podemos estar en nuestra energía femenina, porque sentimos la columna masculina de protección que nos permite danzar y movernos en infinitas posibilidades en la danza de la vida.
Gracias hombres despiertos por abrir nuestros corazones y dejarnos ser femeninas.
En un próximo post hablaré sobre la energía femenina en la pareja.
Hasta entonces, disfruta de esta Nueva Era en la que lo femenino guía, y lo masculino sostiene.
¡Ama y Disfruta!
Tuty