El Camino de Vuelta a Casa comienza en el reconocimiento interno. Un lugar profundo a veces desconocido que se muestra siempre para ser habitado.
Bendecir, agradecer, unificar, reconocer, prosperar, habitar, sentir, manifestar, accionar, organizar, recoger, venerar, SER.
A través de todas las experiencias que he vivido en casi el último mes de mi vida, y por supuesto todas las anteriores en esta y otras vidas, puedo llegar ahora a este lugar de reconocimiento desde una manifestación que en profundidad me reconecta con la entrega absoluta a Dios-Diosa. La polarización constante de mis energías y su manifestación en las experiencias que se muestran, resuena como un aprendizaje desde las raíces más profundas, desde la base más sólida con una energía firme y protectora, hasta el baile integrado e inesperado que se siente sostenido por esa columna.
Femenino que danza en toda su esencia y manifestación, creando a su paso la abundancia y profundidad del eterno Amor Incondicional. Masculino firme desde un pilar de sostén y protección, que permite al femenino manifestarse en todo su esplendor.
Y la magia… La magia profunda de la celebración interna de cada paso juntos. Cada movimiento integrado y explorado, cada esencia pura de corazón que permite la unificación interna.
Ese movimiento, un movimiento interno de tus energías que no necesitan más porque ya son. Son una unión dentro de ti y esa entrega sin cuestionamientos hace que la danza eterna del Amor Incondicional sea siempre. Desde ti, desde tu interno, desde tu propia integración.
Gracias por la medicina que lo trasciende todo. Gracias por el compromiso interno de continuar a pesar de todo. Gracias por cada instante de reconocimiento profundo, desde el Corazón. Gracias por la sanación, la integración, la pareja, la trascendencia, el arraigo, la acción, la diosa, el niño, la profundidad. Gracias por la existencia y compromiso del avance profundo y la entrega sin medidas. Gracias por subir los estándares, por la experiencia del SER y la elevación de la conciencia. Gracias por el camino de manifestación integrada que parte de la unidad interna. Gracias por la profunda presencia y el sostén.
El reconocimiento de cada experiencia manifestada como la profundidad de un abismo interno que se libera y sana. La alegría de sentir las piezas del puzzle encajadas, de una forma tan orgánica que se siente la brisa de su movimiento. El cierre de ciclo sin fisuras, desde el corazón y Amor profundos como integración de la experiencia.
Cada paso realizado, cada acompañamiento recibido, cada experiencia sentida, cada movimiento hacia una conciencia de unidad que va mucho más allá del entendimiento.
Eternidad y gratitud.
SE FELIZ